Ante una buena novillada de Alejandro Talavante, bien presentada y de buen juego, excepto el sexto, Fernando anduvo toda la tarde fiel a su concepción del toreo. La cabeza despejada, las zapatillas bien asentadas en el albero y toreando sin aspavientos ni amaneramientos, haciendo las cosas con la verdad por delante. Transmitiendo a los tendidos su valor innato, su pureza y su fuerte personalidad, eso que no se aprende en las escuelas taurinas. O se tiene o no se tiene, no hay más. Nos dio un recital de toreo del caro, impropio de un novillero sin picadores que viene pidiendo paso desde la temporada pasada.
El segundo de la tarde, primero de Fernando, fue un novillo castaño de buenas hechuras que nuestro torero lo supo entender a las mil maravillas, acoplándose con él rápidamente. Cimentó la faena sobre el pitón derecho que fue por el que mejor embestía el eral, una faena seria, haciendo muy bien las cosas, con pulcritud, sin titubeos, corriendo perfectamente la mano, toreando con todo el cuerpo, para finalizar con una tanda de “bernardinas” muy ajustadas que llegó a los tendidos. Mató de estocada casi entera que fue suficiente. Dos orejas ganadas a ley.
La prueba del algodón le llegó con el quinto de la tarde. Un novillo poderoso y bravo que no se cansaba de embestir. Los buenos aficionados siempre han dicho que los toros bravos descubren a los toreros malos, no les falta razón, este novillo era uno de esos. Pero se encontró con un torero que no le dudó ni un instante, que le dio la distancia adecuada y que dejó bien claro quién iba a mandar allí. Esos fueron sus argumentos, junto al toreo hondo que practica. El resultado: matrícula de honor con reconocimiento “cum laude”. No solo estuvo a la altura del novillo, sino que con su toreo lo hizo mejor aún. Coincidieron todos los elementos necesarios para formar el taco y lo formó: el marco de una preciosa plaza centenaria, un ruedo impecable, las cámaras de televisión, el novillo y el TORERO, sí con mayúscula, que es como corresponde cuando se torea de esa manera. La música no sólo la puso la excelente banda que le acompañó en sus dos astados, los acordes, la armonía emanaba del ruedo, de las muñecas de Fernando, siempre toreando por abajo y ceñido, con naturales interminables, derechazos profundos, cante del bueno. Sin trampa ni cartón. Rebosaba torería y empaque por los cuatro costados. Cuando un torero transmite sentimiento, es difícil describir lo que sucede en la arena, casi prefiere uno interiorizarlo, disfrutarlo sin más, y retenerlo en la retina el mayor tiempo posible, como si de un cuadro de pintura se tratara.
Recibió a este quinto con tres verónicas a pies juntos, torerísimas, y tres chicuelinas rematadas con garboso recorte. Le cambió acertadamente con dos pares de banderillas para iniciar la faena de muleta con un pase cambiado por la espalda y dos tandas de derechazos arrastrando la muleta, llevando muy largo al novillo. A continuación se echa la muleta a la izquierda y ahí empezó el lío y el delirio de los que allí estábamos. No se pueden dar naturales más despacio que los que dio ayer con las yemas de sus dedos el torero de Salvatierra, es como si se parara el tiempo. Le siguieron otras dos tandas de derechazos cargando la suerte más otra de rodillas, para finalizar con una serie de naturales cruzándose al pitón contrario y cambiándose la muleta una y otra vez por la espalda sin moverse un ápice. Se puede decir, sin ningún género de dudas, que el novillo fue indultado porque cayó en manos de nuestro paisano, algo que siempre le deberá agradecer el ganadero. Paseó las dos orejas y rabo simbólicos de este buen eral.
La carrera de Fernando Flores siempre tendrá un punto de inflexión en la tarde que vivimos en Jerez de los Caballeros.
Apoderados y empresarios que tomen nota.
ANA Mª FLORES
GALERÍA DE FOTOS: http://www.amigosdesalvatierra.es/g2/v/fernando+flores+jerez/
LA NOVILLADA EN CANAL EXTREMADURA: http://www.canalextremadura.es/node/75521#.Uhs01jwRjtA.facebook
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