Durante la celebración de las VI JORNADAS DE HISTORIA Y PATRIMONIO que se llevaron a cabo en nuestro pueblo a principios del mes de Noviembre del pasado año 2013, tuvimos ocasión los salvaterreños de asistir a unas conferencias muy interesantes, entre ellas concretamente la impartida por Miguel Alba Calzado arqueólogo perteneciente al Consorcio de Mérida, Alba nos habló sobre de la alfarería de Salvatierra de los Barros y de su evolución desde sus comienzos allá por el siglo XVI hasta nuestros días, tema al que estaban dedicadas las indicadas Jornadas.
Nosotros vamos a referirnos a la alfarería que como todos los negocios sufre oscilaciones como son subidas y bajadas en cuanto a producción, ventas etc., propiciados por la oferta y la demanda. En ocasiones por los reveses de crisis y otras circunstancias no se ha vendido el género y son los mismos alfareros quienes tienen que sacar sus productos afuera y convertirse por este motivo en arrieros. Antes los arrieros salían de sus obradores con su burro y sus angarillas para recorrer los caminos y llegar a las ciudades, y esta ha sido la modalidad de venta de sus productos durante todo el transcurso de la historia alfarera.
En cambio algunos alfareros salvaterreños optaron por afincarse en diferentes pueblos y continuar allí el negocio para abrir nuevos campos, este es el caso de ANTONIO MONJE CINTAS, alfarero nacido en Salvatierra de los Barros que salió de nuestro pueblo debido las malas circunstancias allá por el año 1942, afincándose en Lora del Río (Sevilla), donde tiene instalada su alfarería.
Por recortes de prensa y por los medios sociales nos hemos enterado de que tiene la alfarería en la periferia de la ciudad de Lora del Río en dirección a La Campana, en el interior de esta alfarería se desparraman las más variadas obras de arte junto a hornos unos más antiguos y otros modernos de acuerdo con lo que demandan los tiempos actuales.
Antonio Monje aunque jubilado está pendiente de todo y su política profesional ha sido la de continuar con la misma tradición en la fabricación de sus cacharros al igual que en el pueblo cuyo oficio aprendió de sus ancestros en Salvatierra de los Barros, oficio que empezó cuando tenía solo ocho años de edad y como decimos junto a su padre, su criterio es que la alfarería no se debe nunca abandonar.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.