La imagen nos muestra uno de los artilugios que desde tiempos que se pierden en la memoria fue y sigue siendo una de las piezas imprescindibles en algunos hogares de nuestro pueblo Salvatierra de los Barros y también en la mayor de los pueblos de nuestra querida Extremadura durante la época invernal, nos referimos al brasero de picón.
El pìcón se obtiene de las ramas superfluas de los árboles que el labrador les corta periódicamente y que el piconero las aprovecha para quemarlas y obtener con ellas este combustible que se utiliza como calefacción en los hogares.
Antes de que se consuman totalmente por el fuego el piconero las apaga quedando una especie de carbón fino que es el que sirve para echar al brasero y una vez en combustión aporta un calor suave y agradable calentándonos a nosotros y a la casa.
El brasero nos da intimidad, es un compañero inseparable en la mesa camilla sobre todo durante las largas tardes del invierno, alrededor del brasero la familia se reúne durante esos días fríos, nos anima y sentados al calorcillo permanecemos en una prolongada y agradable tertulia
En la foto podemos apreciar que nuestro brasero lleva colocada una especie de caperuza, está hecha de barro por un alfarero del pueblo, sirve de protección a la vez que se obtiene una mayor condensación del calor para que éste se reparta uniformemente.
Aunque al brasero tradicional lo han sustituido en muchos hogares por otros medios más modernos como las estufas de butano, las calefacciones eléctricas o de gas-oil, etc., todavía estos sistemas no han logrado desbancar al tradicional brasero de picón.
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