Nació MANUEL BERMEJO NOGALES en Salvatierra de los Barros, hace 76 años, al que todos conocen por “El Sobrino”, antes de cumplir la edad para salir de la escuela, al igual que otros muchos muchachos de la época, empezó a trabajar en la alfarería, bajo la protección de su padre también alfarero, había que espabilarse y poco tiempo se permanecía en las aulas. La alfarería la tenía su padre en la calle González Naharro, donde allí aprendió el oficio.

Por los años sesenta en Salvatierra de los Barros, varios alfareros se agruparon en cooperativa, pero aquello no marchó y cada uno tiró por un lado, Manolo fue uno de aquellos cooperativistas.

Antes de la cooperativa, se asoció con otros cuatro alfareros a cuyo grupo les llamaban “Los cinco latinos”, eran: Juan Siete, Juan el Chovo, Luis Suero y José Bermejo Cintas, ellos mismos hacían los cacharros y salían a venderlos por distintos puntos.

Cuando la Cooperativa fracasó, Manolo se marchó a Madrid, allí empezó con el negocio de la venta de frutas, al igual que hicieron otros paisanos nuestros, al ver que los cacharros tenían poco porvenir.

Las frutas las compraban en el Mercado Centra, con furgonetas o pequeños camiones las ofrecían en los pueblos y barrios madrileños con ocasión de la celebración de sus mercados.

Aquello resultó ser un negocio más próspero que el de los cacharros, muchos años lleva el Sobrino en Madrid, ya está jubilado, pero nunca ha faltado al pueblo sobre todo durante el verano y en especial a la cita de las fiestas del Cristo.

Manolo es un hombre muy comunicativo, de carácter alegre y siempre con la sonrisa en la cara, ágil para reaccionar en las conversaciones y utilizando las frases y los dichos apropiados para cada momento; por su carácter abierto y jovial hemos considerado que debe de figurar en el catálogo de “personas singulares de Salvatierra de los Barros”.