MANUEL MONGE CASTAÑO, de 77 años de edad, tiene sus raíces más profundas en Salvatierra de los Barros, donde nació en la calle Matadero, luego, siendo muy pequeño, pasó a residir a Peñarroya (Córdoba), debido a que sus padres Francisco, conocido por Malafolla, y su madre Isabel, se encontraban en aquella localidad andaluza, dedicados a la venta de los cacharros propios de Salvatierra.

La verdad es que Manuel Monge, se crio entre cacharros, su padre era un prestigioso negociante y vendedor de esta clase de cerámica, el que tenía varios mozos a su cargo, dedicados a vender loza por la Costa Brava, pero Manuel no se dedicó a esto, se inclinó por el negocio de la inmobiliaria, por tierras catalanas.

Monge, siempre ha tenido contacto con su pueblo al que quiere y el que siempre visita con mucha asiduidad, pasando grandes temporadas, en él, donde tiene casa propia.

Como muchos emigrantes, ha acudido al pueblo especialmente durante las fiestas del Santísimo Cristo, lo mismo que hacen cualquier otro salvaterreño que se precie.

Ahora en su feliz estado de jubilado, permanece con nosotros seis meses, los otros en tierras catalanas de donde es su esposa, con la que tiene un hijo y con la que se casó en segundas nupcias, de su anterior matrimonio tiene cinco hijos.

En un hombre serio y circunspecto, pero afable y amable con todos y muy apreciado por el vecindario.

Por sus condiciones personales y cualidades indicadas lo consideramos “persona singular” de Salvatierra de los Barros.