Después de unos días de ausencia, volvemos a dar a conocer estos comentarios hechos en su día, relativo a nuestro pueblo, sus gentes y sus costumbres:
Estamos en plena época de la producción de la castaña, este año este fruto se ha visto favorecido en producción y calidad debido a las abundantes y apacibles aguas, que con generosidad, nos han caído por nuestro término municipal, los castaños están preciosos, presentan estos descomunales y gallardos árboles un intenso verde esmeralda, están cargados de erizos que abiertos nos muestran sus brillantes frutos.
El viajero ha dado una vuelta por la zona que nosotros conocemos por “Los Plaos”, aledaña al Castillo, Convento franciscano y la Mira, que es por donde más abundan los bosques de castaño y nos quedamos admirados, es ésta la zona por excelencia del castaño, es un lugar paradisíaco, es una una zona húmeda que propicia asimismo que debajo de los estos grandes árboles nazcan las setas y hongos, lugar muy visitado por aquellos amantes de la micología, aunque en Salvatierra ya se van conociendo aficionados a la misma, son más los forasteros los que vienen a recoger estos hongos.
La foto que se muestra fue tomada en la zona a que nos referimos, los erizos ya abiertos presentan el fruto que en su interior se desarrolla, la castaña, en tiempos de escasez fue un alimento básico para las personas, muy rica en vitamina C, grasas, minerales y proteínas; excelente alimento para el ganado y las bestias, hoy en día su utilidad es importante en repostería.
Todavía podemos ver en algunos lugares la inconfundible figura de la castañera, situada en cualquier esquina durante las crudas noches de invierno, envuelta en el humo de su anafe encendido, donde asa las castañas, las que ofrece al transeúnte dentro de un cucurucho de papel.
(20 octubre de 2014)