Hoy, el viajero se ha atrevido a sacar esta fotografía, en la que vemos a nuestra paisana ELADIA CARO CINTAS, nacida en 1917 y criada en Salvatierra de los Barros de donde nunca salió a excepción de algún que otro pequeño viaje.

Se casó siendo casi una niña con Julián Cintas González “El Largo”, casi toda su vida transcurrió en la calle El Pozo y como muchas otras mujeres de Salvatierra, se dedicó durante muchos años a bruñir cacharros, por cierto lo hacía con una personal maestría, los cacharros adornados que salían de sus manos de la Eladia, eran únicos y preciosos.

Falleció cuando tenía 83 años de edad, era de natural bondadosa, alegre, festiva y jovial, dedicada por entero a su trabajo y a su casa, era además muy apreciada por todo el vecindario en general, por su carácter chistoso, agudo y apacible, era conocida en todo el pueblo, con todo el mundo se paraba a cambiar impresiones, dándose además la circunstancia de que por su excelente labor como bruñera era requerida y solicitada por los alfareros en general. Creo que su nombre en el pueblo era el único.

Tuvo la mala suerte de padecer una enfermedad en la vista perdiendo la visión en un ojo, luego, sufrió una posterior operación en el otro con la mala suerte de dejarla ciega, esta privación de la vista la sobrellevó con absoluta paciencia.

Estas personas tan buenas dejan huella en los pueblos durante muchísimos años y difícilmente se olvidan.

Tengo que indicar que el comentario de hoy, puede que adolezca de excesiva alabanza hacia Eladia, las alusiones personales no me gustan, soy el yerno de ella, estoy casado con su hija Ana, pero es así como lo siento, le tenía a esta persona mucho cariño para mí era excepcional, era como una madre.

 

(22 de octubre de 2014)