El viajero aficionado a estas cuestiones, que transite por las calles de nuestro pueblo, nunca dejará de sorprenderse, si se fija detenidamente, en cada uno de los detalles que encontrará a su paso.
Este es el caso que le ha ocurrido al que esto escribe en una mañana soleada y agradable, al llegar a la calle del Santísimo Cristo, a la izquierda de la misma, cuando bajamos hacia la Ermita, donde arranca la calle, haciendo esquina, se encuentra esta antigua casa, como se puede ver por medio de la foto, es de buenas proporciones, con fachada perfectamente encalada que la hermosea, no así su lateral que da a la Avenida de Extremadura, su pared se encuentra sin blanquear incluso sin rafear, se conserva tal y como los albañiles la levantaron en su día, en esta pared, vemos los cimientos en los que está basada, están hechos con piedras y las paredes realizadas con tierra apisonada, o sea, con tapias, que le dan al edificio unas propiedades térmicas de los que carecen los edificios de nueva construcción.
Son casas típicas, las clásicas de la arquitectura popular extremeña, recias y confortables, con su zaguán amplio y cocina dotada de un gran hogar, lo que le facilita la comodidad a sus moradores, fresquitas en verano y agradable en el invierno.