Hoy se asoma a estas páginas un nuevo personaje singular de Salvatierra, MANUEL MARÍN MANGAS, al que todos los del pueblo, por Manolo el Porrinero, por su ascendencia, Manolo nació en el cercano pueblo de Salvaleón, cuyos vecinos son conocidos por ese apelativo.
Manolo nació en Octubre de 1944, al contraer matrimonio con la salvaterreña Manola en julio de 1977, se afincó en Salvatierra.
Su oficio ha sido el de labrador, tanto en Salvaleón, como en este pueblo, fue de aquellos españoles, pertenecientes a la generación de los que salieron allá por los años 60 como emigrantes a Europa.
Estuvo trabajando en Alemania durante siete años, luego, al regresar a España, trabajó como autónomo del campo durante catorce y posteriormente a jornal hasta que le llegó la jubilación.
Manolo el Porrinero, es de esas personas afectuosas, amable y muy amante de la conversación, es atento y muy educado, ahora en su estado de jubilado, le vemos con frecuencia con los nietos y entretenido en pequeñas labores del campo al cuidado de una pequeña propiedad del convecino Eladio, este trabajo le sirve de entretenimiento, estos hombres acostumbrados a la actividad desde pequeños, tienen que dedicarse a algo para que las horas les resulten menos aburridas.
Por su carácter afable y cariñoso a Manolo lo hemos incluido dentro de ese grupo que hemos denominado “personas singulares de Salvatierra de los Barros”.