Cuando ya ha acabado el verano y las hierbas se han tornado de color blanquecino o cano y las primeras lluvias hacen su aparición, los labradores conscientes del peligro que entraña el fuego y los daños que puede provocar en el campo proceden con la máxima cautela a la quema de los ramajes superfluos en sus fincas; después de limpias realizan el laboreo en sus huertas; previamente han retirado las tomateras, las pepineras secas… y tras ello procederán a la siembra de legumbres y hortalizas de invierno.
Esta estampa corresponde a un conjunto de pequeñas granjas existentes en las proximidades del Risco de Juan Demás, más bien de la Ermita de Santa María, en la fotografía vemos como han hecho los labradores las lumbres donde se están quemando los residuos inaprovechables pero durante esas mañanas diáfanas del otoño la presión atmosférica no deja que suba el humo con celeridad hacia el cielo y provoca esta imagen tan bucólica y bonita que irradia paz y tranquilidad. Estas estampas a los amantes de la naturaleza les producen sensación de sosiego y satisfacción y ante la belleza de todo esto lo consideramos como una muestra más del cariño que le tenemos a lo nuestro, a Salvatierra de los Barros.
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