LOS «TOSANTOS»

Todos los Santos:  En noviembre se celebraban el día de Todos los Santos; era costumbre que los monaguillos estuvieran tocando las campanas desde el medio día del día anterior hasta la noche del día siguiente.  Previamente los monaguillos habían pasado por las casas del pueblo pidiendo comida y dinero para, después del día de los difuntos irse de caldereta”.

El día de los santos se iba a misa mayor  y después a pasear por la carretera a comerse “los tosantos”, que son las nueces, las castañas y los higos.  También se iba al cementerio a visitar a los difuntos  y a ver cómo las mujeres arreglaban los nichos. Ese día la misa era en el cementerio…

(Memoria de Salvatierra de los Barros – Imágenes y costumbres 1890-1960) 

Antes de que llegara Halloween…

DIARIO REGIONAL “HOY” – 28.10.12 – ROCÍO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ rosanchez@hoy.es |

Recuerda aquella noche en el campanario de la iglesia de su pueblo, Fuente de Cantos (Badajoz), como uno de los momentos más emocionantes de su infancia. Hacían hogueras, comían castañas asadas y las campanas doblaban hasta que amanecía. Él tenía siete años, vestía de monaguillo y era su manera de festejar el día de Los Difuntos. De eso hace cuatro décadas, pero a Valentín Porras, que ahora ejerce de alcalde en Santibáñez el Alto (Cáceres), no se le olvida ni un detalle. «Primero íbamos por las casas pidiendo lo que quisieran darnos: nueces, castañas, almendras…; alguna vez caía algo de dinero que luego nos repartíamos… La gente era generosa porque decíamos: ‘Venimos a pedir para doblar a los difuntos’. Después los monaguillos nos pasábamos toda la noche en el campanario enredando y haciendo de las nuestras», relata con nostalgia.

«Esto se hacía en la madrugada del 1 al 2 de noviembre -continúa-, pero ya esa tradición se ha perdido, entre otras cosas porque en todos sitios ya hay campanas eléctricas y nadie sube a tocar».

Más atrás en el tiempo viaja Gregorio Sánchez, vecino de toda la vida de Santibáñez el Alto (unos 400 habitantes), que ha cumplido 80 primaveras. Cuenta que en los años 40 (en plena posguerra), cuando era un chaval, el día de Los Difuntos aparecían las ‘ánimas benditas’ y recorrían las calles del pueblo pidiendo dinero de casa en casa. La recaudación iba para la iglesia. «Eran cinco o seis personas vestidas de negro y con una capucha también negra. Daban un poco de respeto. Llevaban siempre una esquila (un pequeño cencerro) y también iban de visita al cementerio», rememora. En el camposanto, las mujeres se reunían para rezar.

En Cheles (Badajoz), más o menos por la misma fecha, los autóctonos recuerdan una costumbre parecida ala Fuentede Cantos. Los niños, a la voz de: ‘Dame los santos o te rompo los cántaros’ (en referencia a las vasijas donde se guardaba el agua en aquella época) recorrían el pueblo pidiendo frutos secos o dulces caseros para después celebrar un día de convivencia en el campo….

 

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