Volvemos nuevamente con otra estampa de la mujer alfarera de Salvatierra de los Barros, la bruñera (bruñidora) de los cacharros que los alfareros hacen en el torno y que ellas, particularmente las mujeres eran las encargadas de embellecer y dar ornato a estas piezas.
En esta imagen vemos a nuestra bruñera como le da brillo a unos vasos, “listear” le llaman en el argot alfarero, esta operación la lleva a cabo cuando aún se encuentran húmedos los cacharros, circunstancia que le facilita su labor, luego, una vez bruñidos sólo queda esperar a su secado y su posterior cocido en el horno.
Era una estampa clásica en Salvatierra la figura de esta mujer dirigiéndose muy de mañana a los distintos alfares con su envoltorio debajo del brazo en el que llevaba un delantal y las herramientas necesarias para realizar su bonita labor: una pequeña piedra redondeada con la que hacía los ramos mojándola previamente con su saliva y un trozo de chapa llamado “paleta” que servía para quitarle las asperezas que pudieran haber quedado en la pieza de alfarería al salir del torno.
El trabajo se pagaba por tareas, una tarea constaba de seis “rayas” y una raya es un número determinado de cacharros que tenía que bruñir según el tamaño para alcanzar el jornal. Estas mujeres con la realización de este trabajo obtenían unos ingresos económicos muy necesarios para ayuda en el hogar y también para las mocitas hacer su hucha que les servía para la adquisición del ajuar que le era necesario ante su inminente matrimonio. Aclarar que no sólo trabajaban en los talleres alfareros las esposa e hijas de éstos, también lo hacían aquellas mujeres ajenas a este entorno familiar de la alfarería pero muy cercanas e introducidas en dicho ámbito por razón del trabajo que efectuaban como medio económico. Hoy ya quedan muy poquitas bruñeras los medios técnicos y sociales y demás adelantos no precisan de su figura.
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