Corresponde la fotografía a un momento del transcurso de una de las procesiones de la Semana Santa, a su paso por una de las calles de nuestro pueblo, en ella vemos la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que se custodia en la Iglesia Parroquial del Mártir Señor San Blas, la llevan los nazarenos. Antes las imágenes que salían en procesión durante la Semana de Pasión eran llevadas por los fieles, no teníamos nazarenos. Ahora, son los componentes de la cofradía los que llevan las imágenes y los demás acompañan formados en perfectas filas, lo que le da realce y seriedad a estos actos, todos ellos van encapuchados, es un legado que ha llegado hasta nosotros de los penitentes de la Edad Media.
En los años jóvenes de este comentarista al igual que ahora, en las procesiones participaban los nazarenos, luego, por circunstancias que desconoce, éstos guardaron la túnica y la capucha en los baúles y así, sin su presencia se celebraban estos actos durante muchos años.
En el año 2005 un grupo de jóvenes, refundó la Hermandad y desde entonces estos nazarenos con mucha ilusión y empuje participan el Jueves y Viernes Santos, en las manifestaciones religiosas, dándoles así a las procesiones un aire nuevo y con una mayor participación por parte de los fieles.
La Semana Santa de aquí, no es de carácter alegre, bullicioso o el característico de las de Andalucía, puede que se parezca más a las de Castilla, que son austeras y serias, desde luego, eso sí son entrañables, sencillas y participativas.
Con la inestimable, entusiasta y desinteresada participación de estos cofrade, hemos recuperado en el pueblo una de nuestras costumbres tradicionales, que como decimos, quedó dormida durante muchos años y desde hace diez años ha resucitado con más empuje.