Los estudiosos de la alfarería salvaterreña le llaman “alfarería del agua” al conjunto de piezas o cacharros que las amas de casa destinan a este fin: acarreos de la misma, uso cotidiano en el hogar, contenido para su consumo, etc. Estas piezas no son vidriadas y generalmente están decoradas con motivos sencillos.
Desde la antigüedad y así lo atestiguan las piezas halladas con motivo del arreglo de los tejados de nuestra Iglesia Parroquial del Mártir Señor San Blas de Salvatierra de los Barros procedentes todas ellas del siglo XVI y hasta casi finalizado los años de ochenta del pasado siglo XX, los alfareros del pueblo se han dedicado de forma tradicional y especial a esta alfarería del agua.
Hoy mostramos un ejemplar de una de estas piezas que constituye un tesoro y que junto con las otras piezas recogidas en los tejados de la Iglesia sirven para conocer mejor nuestros antecedentes alfareros, se trata de una pequeña jarra que se usaba de forma individual para beber, como se puede apreciar carece de vidriado y su decoración consiste en una sencilla cenefa. El alfarero le ha practicado para embellecerla unas depresiones en su superficie que ha conseguido apretándolas hacia el interior y la ha dotado de un asa ergonómica para facilitar su uso. Vemos que la base de esta jarra es de proporciones un tanto mínimas en relación con su cuerpo.
Entre las vasijas halladas en el tejado no se encontró ningún botijo o porrón como nosotros solemos llamarlos y que en el apogeo de la alfarería era una pieza de las singulares de la llamada alfarería del agua. En el S. XVI aún no se hacían.
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