El viajero ha realizado otra visita a la Iglesia, y se ha fijado en el juego del Vía Crucis existente en el Templo, es precioso, lo conoce desde sus tiempos de juventud, así que ya va también para viejo.
El vía Crucis está realizado en escayola con las figuras en relieve representando con gran exactitud y primorosamente las figuras que en cada una de las estaciones intervienen, el colorido es también excelente y exquisito.
El viajero deja vagar su imaginación y se le vienen los recuerdos de aquellas semanas santas de su niñez, recorriendo las estaciones por el perímetro interior de la Iglesia, mientras el sacerdote recitaba las plegarias y le seguían los fieles.
La escena que el visitante muestra del Vía Crucis corresponde al momento en el que Nuestro Señor Jesucristo va a ser clavado en la Cruz, la representación de la escena es manifiesta.
3 de diciembre de 2014