El otoño le imprime al paisaje un color como de azafrán, el sol en esta estación del año tiene menos fuerza y calienta menos, también nos alumbra con menos intensidad, el aire es más frío y poco a poco, va despellejando a los árboles de su vestidura que son sus hojas, que aparecen esparcidas por el suelo.
El viajero que no es erudito en nada, pues ignora mucho, se mete en una profundidades de las que luego le cuesta salir, pero se le ha venido a la memoria eso de los árboles de hoja caduca y perenne, al ver las plantas que en primer término aparecen en la fotografía: uno de ellos casi despojado de hojas y los olivos en segundo plano, que son los que adornan esta imagen de una forma parcial a nuestro pueblo Salvatierra de los Barros que aparece al fondo; en el conjunto destaca la Iglesia del Mártir Señor San Blas y a su izquierda un vestigio de la antigua fábrica de harinas y de la luz, es la descomunal chimenea en la que anidan desde hace años las cigüeñas, al fondo vemos las azuladas sierras, todo ello arropado por un limpio cielo sin contaminación.
10 de enero de 2015