La imagen fue captada por este viajero con motivo de una exposición homenaje a los alfareros jubilados y fallecidos de nuestro pueblo, organizada por la Asociación Cultural “Amigos de Salvatierra” hace ya casi tres años, en la fotografía se nos muestra diversas vasijas que eran de uso muy común en todos los hogares de España.

La facilidad con la que ahora surtimos nuestros hogares de agua –incluso la malgastamos-, era inconcebible allá por las década de los 50 y 60 del pasado siglo, cuando no, un grave problema. En esta tierra nuestra, la pluviosidad es escasa, debido a esta circunstancia, en Salvatierra como en otros muchos pueblos de la periferia para surtirnos de agua para el hogar, había que hacer grandes colas en la fuente de la plaza, para llenar los cántaros, las mujeres perdían mucho tiempo en este menester, luego entonces, calculaban el tiempo aproximado en que les tocaría la vez dejando sus vasijas en las proximidades de la fuente para dedicar este tiempo en otros menesteres. Hubo ocasiones en las que llegaron a surgir conflictos cuando alguna vecina se saltaba esta cola.

Por esa época las mujeres se surtían de agua en las fuentes de la Plaza, la Romana donde había un lavadero o en la de La Zarza que fue eliminada del entorno.

Cacharros como los de la foto –botijo, botijo de gallo, jarra y barril cazador- eran los que se utilizaban para el uso de los moradores de la casa, pertenecen a la llamada “alfarería del agua”, éstos están vidriados y podemos considerarlos como “lujosos”, se utilizaban generalmente en época invernal, debido a vidrio de que están cubierto las paredes de la vasija no transpiran, eran los idóneos para mantener el agua con una temperatura adecuada; los de uso ordinario se hacían en basto o bruñidos adornados con motivos florales, éstos hacían el agua más fresca.

Hoy en día, estas piezas casi han desaparecido, se hacen más bien para ornato en las casas, si algún agua se acarrea de las fuentes tradicionales, se hace en esas deleznables vasijas de plástico.