Es Salvatierra de los Barros pueblo alfarero por excelencia de ahí su apellido de los Barros, el oficio de la alfarería está introducido en la localidad que se sepa desde el s. XVI, aseveración que se hace basada en el hallazgo de restos de vasijas en las bóvedas de la Iglesia Parroquial del Mártir Señor Blas, con ocasión de la adecuación de las mismas.

Al viajero no le queda más remedio que se repetitivo, ya lo ha dicho muchas veces, el tema de la alfarería es inagotable y cuando uno revisa su fichero, al ver ciertas fotografías, se le vienen a la memoria ciertos recuerdos de cosas y conceptos que ya han desaparecido o pueden desaparecer, y es el caso de los llamados “barreros”, lugares donde los alfareros extraen y se surten de la materia prima para su trabajo: el barro.

El barro que estos alfareros utilizan para la creación de sus vasijas, después de cocido es de un rojo intenso, los alfareros le llaman “barro flojo”, las vetas principales de donde se proveen de estos barros se encuentran en los barreros existentes principalmente en las laderas del castillo.

Una vez “colado” o elaborado dicho barro, y apto para la fabricación de los cacharros, se adapta muy bien para su manipulación y dada su plasticidad, los alfareros en el torno, consiguen con sus manos verdaderas obras de arte.

La imagen muestra uno de estos barreros a que nos referimos, lo encontramos un poco dejado, está prácticamente abandonado, hoy en día los alfareros en general – excepción de dos o tres -, se han decantado por otros barros que les traen ya preparados de la zona de Levante, no tiene este barro semejanza alguna con el autóctono, aunque para ellos las funciones sean idénticas o parecidas a los de esta tierra.

30 de enero de 2015