Actualmente la calle González Naharro de nuestro de pueblo, se encuentra en obras, el viajero ha paseado por ella y ha pasado junto al pozo que se encuentra en lo que llamamos el “Llano”, es este un rincón pintoresco, el viajero recuerda que allí vivían las costureras que llamábamos “las Solisas”, ellas enseñaron a muchas muchachas el corte y confección. Enfrente del pozo se encontraba la fragua de los hermanos Rubio, el último de ellos fue Fernanduco.

El pozo, debido a las obras, se encuentra desnudo, aparece como un esqueleto, debido a ser removido el suelo de su entorno.

A la vista de este pozo, el viajero se acuerda de otros de parecidas características, que sirvieron para abastecer de agua a las casas en aquellos años cruciales, por entonces, se carecía de servicio público de aguas y de muchos otros servicios públicos.

Este pozo, es el último vestigio de aquellos otros que existían en las calles del pueblo, todos eran de uso público, cuando la carencia de agua en las casas era desesperante y había que acarrear este líquido elemento en ocasiones desde puntos distantes.

Hubo cuatro pozos dentro del casco urbano, éste que mencionamos, había otro que estaba ubicado en los Mártires muy cerca de la Fuente de la Zarza, un tercero en el descampado que estaba situado en las traseras de la calle El Cristo y que se llama Santa Marina, lugar que hoy ocupa un grupo de casas, el cuarto de los pozos era el que estaba situado en la llamada Avenida de Extremadura llamada antes de Muñoz Grandes a la altura de las traseras de la casa de Quico Monge.

Este de la calle González Naharro que antes se llamaba de Los Giles, no se usa, tiene cubierta la boca con una tapa, los otros tres han sido inutilizados y cegados.

Aquí se deja este comentario, para recuerdo de los que contamos años y para conocimiento de aquellos otros que no conocieron su existencia.

24 de febrero de 2015