Hoy el viajero quiere mostrar una vista parcial de nuestro pueblo, por considerarla muy atrayente.
La imagen como se indica fue tomada desde el camino de la Era López subiendo al Castillo, es esa imagen típica de los pueblos serranos en la que asoma, entre las montañas el caserío, con sus tejados rojos y sus casas anárquicamente ordenadas, rodeando a la preciosa Iglesia del Mártir Señor San Blas.
La imagen fue captada en un luminoso día de primavera, en los que la Naturaleza se muestra pródiga y nos regala esa paleta de colores, que con la espesura vegetal se hace más patente, el color azul de las montañas, conforman este bello conjunto que desprende paz y tranquilidad, paz y tranquilidad que se palpa por doquiera, que sólo se obtiene en estos pueblos pequeños.
Merece darse una vuelta por este pueblo alfarero, que ofrece al viajero además de sus bellos paisajes un acervo cultural muy importante tanto en monumentos, usos y costumbres, también su alfarería y su gastronomía.
24 de junio de 2015