Esta es otra de las fotografías de uno de los carteles expuestos en 2010 con motivo de la Feria Internacional del Barro, celebrada en nuestro pueblo conjuntamente con el también pueblo alfarero Reguengos de Monsaraz (Portugal), homenajeando a la mujer alfarera.
En esta ocasión, la fotografía nos muestra las manos de una de las bruñidoras de cacharros, bruñeras, les decimos en nuestro pueblo, ellas eran las encargadas de embellecer los cacharros con bonitas flores y ramos, además de sacarles lustre, y brillo.
Eran muy simples las herramientas que estas mujeres utilizaban en su trabajo: un simple rollo o canto rodado con el que dibujaban los ramos, luego, fue sustituido por una pieza de plástico que se utilizaba con el mismo fin, una pieza de hierro llamada paleta, que servía para raspar los culos de los botijos para quitarles las asperezas, un mandil y una almohadilla que servía para evitar que la humedad traspasara la ropa y también unas tiras de tela con la que se vendaban los dedos para impedir que con el roce les saliera callosidades en los dedos.
En este detalle fotográfico, se puede apreciar perfectamente la utilización de la piedra para dibujar, para tal fin antes la humedecían con saliva para darle a los cacharros ese brillo característicos, vemos asimismo las vendas en los dedos para protegerlos.
Esta especialidad alfarera tiende a desaparecer, ya se bruñen pocos cacharros y los que necesitan este menester es realizado por bruñeras viejas, las mocitas de ahora no aprenden este oficio…
29 de julio de 2015