El viajero en el pueblo no tiene nada que hacer durante sus “vacaciones” de verano, se entretiene dando sus paseos; este día se acercó al llamado bar “Casa de la Tomasa” o “Cuatro Caminos” sito en el “Lejío”.
Enfrente del bar se encuentra la Parada de Autobuses, al pasar se quedó desagradablemente sorprendido al comprobar que los cristales que forman parte de la caseta y que sirve se viene utilizando para refugiarse los viajeros mientras esperan el autobús, han sido destrozados, dichos cristales son sólidos y para romperlos han tenido los autores que emplearse con contundencia.
El viajero mientras repara en ello piensa en a quién benefician estos desmanes, a nadie, ni a los mismos que lo han hecho, puesto que estos daños los tenemos que pagar entre todos de nuestros propios bolsillos.
El viajero no es nadie para dar consejos a nadie, pero le diría a quien ha realizado estos destrozos si lo conociera, que esto es tirar piedras a su propio tejado.
Por otra parte indicar que los cristales deberían haber sido retirados con el fin de quitarlos de la vista de quien nos visite, para que no se lleve un mal criterio nuestro y también para evitar cualquier accidente por corte con estos cristales.
18 de agosto de 2015