Cuando hurgamos en los cajones de las cómodas, armarios o en la caja de zapatos donde guardamos las fotos de nuestra vida, sacamos en ocasiones algunos documentos que al examinarlos nos parece que con el transcurso de los años han adquirido cierto valor y esa es la consecuencia que este comentarista ha sacado cuando llegó a sus manos el documento que hoy mostramos en nuestra página Web; se trata de una Hoja Parroquial, se titula “LA VOZ DE LA PARROQUIA DE SALVATIERRA DE LOS BARROS” correspondiente al III Domingo después de Pentecostés, su fecha: 27 de Junio de 1965, o sea, que esta hoja parroquial tiene ya 48 años y que los monaguillos con motivo de la celebración de la Santa Misa distribuían entre los fieles asistentes al acto litúrgico.
Por entonces aún se estaba llevando a cabo en Roma el Concilio Vaticano II que fue convocado el 25 de enero de 1959 por S. S. el Papa Juan XXIII y culminó el 8 de diciembre de 1965 durante la tercera etapa que estuvo presidida por el Papa Pablo VI; uno de los frutos alcanzados en el mismo con la reforma litúrgica fue que los fieles dejaran de ser unos espectadores pasivos para pasar a ser espectadores activos participando en la Misa con el oficiante que la haría a partir de entonces en nuestra lengua nativa, hasta entonces se oficiaba siempre en latín y el latín fue también la lengua oficial de este Concilio .
Los más mayores recordarán esta pequeña hoja que a los fieles nos entregaban todos los domingos en nuestra Iglesia Parroquial del Mártir San Blas de Salvatierra de los Barros, esta hoja nos servía de guión para poder seguir paso a paso el ritual de la Santa Misa a la que aún no nos habíamos acostumbrado teniendo al sacerdote de frente y hablándonos en nuestra lengua, hasta entonces siempre oficiaba de espaldas a los fieles y para nosotros su lenguaje era ininteligible a excepción del sermón en el que se expresaba en lengua vernácula.
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