En la calle de La Sota de nuestro pueblo Salvatierra de los Barros se encuentra esta pequeña y antigua casa, que por su pintoresquismo sacamos hoy, vemos que en la parte superior de la fachada se encuentra un pequeño ventanuco que sirve para darle luz mínimamente a los “doblaos”.
Siguiendo con las peculiaridades de la misma también nos damos cuenta de que la puerta de entrada a la casa es de madera que el propietario tiene pintada de color marrón y que con el transcurrir del tiempo ha sufrido alguna que otra reparación. Tiene ya muchos años esta puerta.
Al paseante le causa cierta extrañeza lo alto que se encuentra situado el postigo y piensa y recapacita sacando en conclusión que una persona de baja estatura le costará trabajo abrir la puerta. En el postigo vemos el ojo de la cerradura que utilizando una llave de hierro, en ocasiones de un tamaño desproporcionado en relación con los llavines actuales sirve para abrir la puerta.
El sistema de cierre de estas puertas era mediante la utilización de un “tranco”, le llamamos tranco a un taco o palo de madera de aproximadamente 70 cms. de longitud situado en la parte interior de la puerta en este caso en la hoja izquierda según entramos, el tranco está sujeto por sujeto a un tornillo en su extremo izquierdo y en el otro extremo derecho tiene practicada una ranura por la que se introduce una pieza de hierro que está colocada en la hoja de la derecha y que tiene un agujero. Una vez colocado este tranco en esta pieza de hierro, se introduce un palo apropiado al efecto que cierra herméticamente ambas puertas, el cierre definitivo de la puerta se realiza con la “fechadura” o cerradura del postigo.
Mis contemporáneos recordarán a aquellas vecinas que asomando la cabeza por el postigo hablaban unas con otras; quizá recordarán también que en sus tiempos de chiquillos sobre todo en época de matanzas existía la costumbre de tirar en medio del zaguán pucheros llenos de ceniza lo que ocasionaba el enfado de las amas de casa y por consiguiente un trabajo extraordinario que le causábamos, eran los entretenimientos de entonces.
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