El llamado “boom” turístico o aperturismo en España fue un fenómeno que se produjo allá por la década de los años 60, el aumento de turistas procedentes de Europa fue muy importante en aquella época lo que proporcionó un gran crecimiento en la economía maltrecha de nuestro país y que nos hizo respirar a los españoles en nuestros escasos bienes.
España es un país que ofrecía a los visitantes playas vírgenes, paz y tranquilidad y bajo coste en los precios puesto que para los visitantes el poder adquisitivo era mucho más elevado que el de nosotros los españoles.
Estas circunstancias de este auge económico repercutieron en nuestro pueblo de una forma muy considerable en la alfarería, el consumo de cacharros aumentó gracias a este turismo; por entonces era muy frecuente ver a pie de playa la figura inconfundible del vendedor de cacharros de nuestro pueblo Salvatierra de los Barros con su inseparable burro que sobre su lomo llevaba las angarillas repletas de piezas alfareras hechas aquí.
Era ésta una estampa insólita para los extranjeros sobre todo la del asno, y máxime para las damas que se afanaban por fotografiarse junto con el burro y el arriero. Nuestros “embajadores” los arrieros hombres avispados y listos con su simpatía y sencillez humana muy a gusto se retrataban con ellas mientras aprovechaban para ofrecerles y vender sus cacharros que era lo que más les interesaba.
Hoy mostramos esta simpática imagen para demostrar de forma gráfica lo que anteriormente narramos
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