Este comentarista con ocasión de realizar una de las muchas visitas que hace al Museo de la Alfarería y el Barro de nuestro pueblo Salvatierra de los Barros, -siempre se puede captar algún que otro detalle interesante además de resultar un recreo pararse un rato a admirar y contemplar lo que el mismo contiene acerca de nuestra principal industria LA ALFARERÍA, es a la vez un placer admirar las magnificas obras que allí se encuentran. La visita resulta ilustrativa dada la gran información que contienen los paneles sobre la historia y el acontecer de esta artesanía y bonita profesión a través de los tiempos, pues bien como decimos el comentarista se percató de la presencia de un pequeño cuadro con la fotografía que hoy insertamos en este muro y que está colocado sobre el mostrador de la recepción del Museo el cual le llamó la atención.
La fotografía se refiere a uno de los arrieros de leyenda de este pueblo, uno de aquellos hombres que se lanzaron a la aventura de viajar con su burro a Francia para ofrecerles y venderles a los gabachos nuestros cacharros en lugar tan lejano y sin tener ningún conocimiento del idioma e ignorando las costumbres de los franceses.
En esta estampa se puede leer lo siguiente: “El vendedor de alcarrazas (vasija de barro) tiene como inseparable compañero al borriquillo tan pintoresco como su dueño que conduce la mercancía bien acondicionada entre paja”. Hay dos anotaciones: en una se nos indica que se trata de Mateo Benítez Cintas “El de la Jarilla”, persona muy popular en el pueblo que hemos conocido personalmente y que ya no está entre nosotros, la otra nos aclara que se captó la imagen en el verano de 1930.
Hombres humildes y sufridos como éste fueron artífices principales de la historia de la alfarería de Salvatierra de los Barros y del pueblo; por lo tanto, consideramos muy acertada su presencia testimonial en este lugar sagrado de esta artesanía.
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