Esta foto que ofrecemos hoy apareció en un artículo periodístico de finales del S. XIX, por aquella época era esta una estampa muy común y característica de nuestro pueblo Salvatierra de los Barros, ahora en la lejanía la vemos con curiosidad aunque por muchos años que transcurran y con otro escenario siempre será actual. Lo único que pueda variar con las de la actualidad sea la vestimenta diferente a la que las mujeres utilizaban en aquella época.

La imagen no pasa desapercibida por aquellas personas amantes de nuestra tradición alfarera y sobre todo para aquellas otras mujeres que encontrándose lejos del pueblo al verla le lleguen muchos recuerdos de sus años jóvenes ya que casi la mayoría de la población femenina del pueblo se dedicaba a este menester de adornar los porrones con esos maravillosos dibujos que conseguían deslizando un canto rodados sobre la superficie del mismo y que humedecían con su propia saliva; este oficio de bruñir cacharros para las más jóvenes era un buen recurso para ahorrar y reunir su ajuar para cuando llegara la hora de su boda, para las amas de casa un emolumento adicional muy importante al exiguo jornal que obtenían sus esposos en aquellos tiempos difíciles.

Puede que los más nostálgicos temamos que este trabajo en un futuro próximo desaparezca pues esa es la tendencia, ahora son muy pocas las mujeres que se dedican o aprenden a bruñir, las que lo hacen son las esposas de los alfareros que les ayudan en su trabajo en todo lo que pueden como así siempre ha sido.

La fotografía, es curiosa y creemos muy interesante para los amantes de nuestros usos y costumbres, en ella vemos muy afanadas a nuestras jóvenes bruñeras atentas a su trabajo, destacando como antes decíamos su vestimenta, el peinado, etc. y también los descomunales porrones que bruñen afanosamente, parece ser que se tratan de chingues grandes.