Los alfareros de nuestro pueblo Salvatierra de los Barros inician su trabajo con la preparación de la arcilla que dejaron el día anterior en un lugar que ellos llaman “rafa” para que se oreara tras sacarlo de la pila del barro, ese barro es el que van a utilizar durante su jornada en la fabricación de sus cacharros.
Para moldear este barro hay que prepararlo previamente amansándolo, en el argot alfarero a esta preparación previa le llaman “empellar”. Un trabajo arduo y fatigoso que antiguamente estaba destinado para los muchachos que empezaban a enseñarse como alfareros.
Así muy de mañana nuestro alfarero ponía sobre la piedra de empellar la cantidad suficiente de barro para proceder a su amasado o empellado como ellos dicen con el objeto de ponerlo a punto y para ser trabajado en la rueda.
La piedra de empellar se encuentra en el cuartón del trabajo, se le llama a esta piedra así por tratarse de una pizarra lisa de unas medidas aproximadas de 1 x 0,5 m. adosada sobre un poyo hecho de ladrillos de 1 m. aproximado de alto y pegado a la pared.
Como decimos empellar consiste en amasar el barro de forma tal que el alfarero con sus manos lo golpea para eliminar las llamadas “vejigas” ,unas bolsas que se forman en el interior de la masa del barro llenas de aire y a la vez lo hace más dúctil para poder manipularlo con facilidad.
De este barro una vez amasado el alfarero va extrayendo las porciones correspondientes apropiadas al tamaño de la pieza que quiere fabricar, a estas porciones las llaman “pellas”.
Por último decir que nuestro artesano tiene que procurar evitar lo que ellos llaman “escaldar el barro”, o sea, darle más calorías de la cuenta durante el empellado, ya que entonces es difícil de trabajar y tienen que volver a empellarlo de nuevo. Son técnicas que sólo ellos saben y que a nosotros nos las han explicado así, de viva voz.
Actualmente la piedra de empellar no se utiliza, ha quedado para la historia, se puede considerar como una pieza de museo, la fotografía de la piedra de empellar que mostramos fue hecha en el Museo de la Alfarería de nuestro pueblo. Ahora ya no se empella, el barro se amasa con amasadoras eléctricas que dan un rendimiento muchísimo mejor que manipularlo a mano con el consiguiente rendimiento positivo en la rueda, sin menos esfuerzo se puede trabajar con él perfectamente en el torno al ofrecer un mejor tiro en el momento de la fabricación del cacharro.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.