Paseando por nuestro pueblo Salvatierra de los Barros, se topa el viajero con unas imágenes entrañables que algunas de ellas forman parte intrínseca de nuestra niñez y nos hacen rememorar otros tiempos.

Esto le ha ocurrido al viajero cuando se ha fijado en esta vieja y desvencijada puerta que se encuentra en la que llamamos la calleja de los Leva, muy cerca donde existía un pequeño taller en el que los hermanos Leva trabajaban la madera de una forma rústica: hacían puertas para los cercados, unas puertas muy bastas, así como angarillas para los arrieros, arados de palo, ponían cabos para las azadas, etc., muchas de estas herramientas eran cotidianas en la época y hoy en día han pasado a mejor vida.

La puerta en sí es muy frágil, se sostiene como puede de una forma precaria pero ahí está con sus achaques y sus remiendos pero dando testimonio de lo que fue en otros tiempos, no tiene otra misión que la de taponar de forma muy exigua la entrada a un gran corralón en el que sus dueños no custodian ni guardan ganado u otros enseres. El viajero ve en ella un encanto, una atracción muy íntima, considera que a pesar de lo vieja que es todavía cumple su misión, aunque considera que los avatares del tiempo terminarán por vencerla y cualquier día la veremos en el suelo tirada y totalmente derrotada.

Estampas y rincones bonitos de nuestro pueblo que constituyen un atractivo para algunos nostálgicos.