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290.- SALVATIERRA DE LOS BARROS: LOS QUINTOS Y LA MILI

290La fotografía nos muestra a unos paisanos nuestros vestidos de uniforme cuando estaban realizando las prácticas de instrucción en el Campamento de Ovejo (Córdoba), la foto nos la ha facilitado Francisco Linares, nos dice que corresponde al reemplazo de 1969.

A la vista de este documento gráfico se nos viene a la memoria los quintos y la mili.

El Servicio Militar conocido por todos como la “mili”, desapareció de España hace más de diez años, después de más de 200 años en la que cumplieron con sus obligaciones y el deber de servirla millones de jóvenes españoles.

Nos vamos a referir a los quintos: En la época del que esto escribe los mozos entrábamos en quintas a la edad de 21 años, que era cuando se cumplía la mayoría de edad.

Era en un domingo del mes de febrero cuando se llevaba a cabo en el Ayuntamiento la talla, peso, reconocimiento médico, etc., de los mozos y los que resultaban aptos al año siguiente deberían engrosar las filas del Ejército y relevar a los que fueron el anterior.

El índice de natalidad de entonces era alto, no ocurre como ahora, las quintas estaban compuestas por varias decenas de mozos, las hubo hasta de 50 chavales que ese día de los quintos una vez efectuados los trámites oficiales, todos ellos- la mayoría- vestidos de arriba a abajo y de dentro afuera con ropas de estreno, salían a las calles del pueblo para recorrerlas y cantar coplas alusivas al ejército, a las madres, a las hermanas, a las novias…, sobre su ausencia cuando estuvieran en el Ejército, cantos alusivos a irse destinados a África, etc. Duraba la fiesta tres días sin ir a casa a dormir o comer, pero no hacía falta puesto que iban bien acompañados de una garrafa de vino, una lata que llenaban de vino que bebían y daban de ver a los transeúntes y una ristra de chorizos que los vecinos les daban tras pedirlos los quintos casa por casa. La algarabía en las calles durante los días y sus noches estaba garantizada, no faltaba alguna gamberrada que era disimulada diciendo: “eso lo habrá hecho los quintos”

Esta costumbre tal y como la narramos ya no tiene razón de ser, la recluta en el Ejército se hace con aspirantes profesionales.

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